Un creyente ora constantemente por misericordia
- Salmo 86
- Alejandro Peluffo
Lecciones del Salmo 86 sobre la oración.
Oración de David.
1 Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, Porque estoy afligido y menesteroso. 2 Guarda mi alma, porque soy piadoso; Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía. 3 Ten misericordia de mí, oh Jehová; Porque a ti clamo todo el día. 4 Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. 5 Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. 6 Escucha, oh Jehová, mi oración, Y está atento a la voz de mis ruegos. 7 En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes. 8 Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras. 9 Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre. 10 Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios. 11 Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre. 12 Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, Y glorificaré tu nombre para siempre. 13 Porque tu misericordia es grande para conmigo, Y has librado mi alma de las profundidades del Seol. 14 Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de violentos ha buscado mi vida, Y no te pusieron delante de sí. 15 Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad, 16 Mírame, y ten misericordia de mí; Da tu poder a tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva. 17 Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)