Ministerio de Alabanza

Definición de Adoración

Rendir culto a Dios es darle honra y adoración a Él. Dios es el sujeto y el objeto de nuestra adoración. Por tal motivo, la adoración es acerca de Dios, no acerca del hombre. Él debe ser adorado en espíritu y en verdad (Juan 4:21–24). La verdadera adoración requiere devoción de todo el corazón, alma, mente, y fuerzas (Lucas 10:27). Cuando es el momento de darla, uno debe dar lo mejor que tiene, no las sobras (Proverbios 3:9). Asombro y reverencia y un enfoque sobre la verdad deben llenar la mente (Salmos 138:2). Esto es adorar en espíritu y en verdad.

La Biblia claramente ordena a todos los cristianos a cantar alabanzas a Dios: Salmos 30:4–5; 33:1–4; 34:1–3; 47:1, 6–7; 66:1–2; 81:1–3; 147:1, 7; 149:1; Isaias 12:5–6; 42; 10; 54:1; Efesios 5:19–20; Colosenses 3:16–17). Además de los imperativos, tenemos el ejemplo de los santos a lo largo de la historia: Moisés (Éxodo 15:1–2; Deuteronomio 32:3), David (Samos 5:11; 9:1–2; 13:6) y María (Lucas 1:46–47); el ejemplo del cielo y sus criaturas (Isaías 6:3; Lucas 2:14; Apocalipsis 4:8, 11; 5:13; 11:17; 15:3; 19:1–2, 6–8); y el gran ejemplo de Jesús (Mateo 26:30; Hebreos 2:11–12).

Elementos Del Servicio

Las Escrituras claramente muestran que la adoración corporativa incluye:
  • Alabanza y adoración basadas en la naturaleza y las obras de Dios como las ha revelado en Su Palabra (Salmos 33:2–3; 51:14; 59:16; 89:1; 119:172);
  • Acción de gracias (Salmos 95:2; 100:4; Efesios 5:20; 1 Tesalonicenses 5:18);
  • Confesión de pecados (Hechos 19:18; Santiago 5:16);
  • Oración (Hechos 2:42; 1 Timoteo 2:8);
  • Intercesión (1 Tesalonicenses 5:25; Santiago 5:14-16);
  • Ofrendas (1 Corintios 16:2);
  • Lectura de las Escrituras (Nehemías 8:1–8; 1 Timoteo 4:13; Apocalipsis 1:3);
  • Predicación y enseñanza de la Biblia (Hechos 2:42; 1 Timoteo 4:13; 5:17; 2 Timoteo 4:2);
  • Comunión y servicio a otros (Hechos 2:42, 46; 1 Corintios 12:7; Hebreos 10:25);
  • Disciplina eclesiástica (Mateo 18:15–20; 1 Corintios 5:13);
  • Bautismos (Hechos 2:38, 10:38, 19:5; Efesios 4:5);
  • La Cena del Señor (Hechos 2:42; 1 Corintios 11:23–26).

Principios Para el Servicio

El Contenido

El contenido de la letra debería ser examinado a la luz de las Escrituras, y solamente la que pase esa prueba debería ser utilizada (Efesios 5:19–20). Poemas con textos bíblicos fuera de contexto no deberían cantarse (por ejemplo: “los carros de Israel,” etc.). En caso de usarse, explicaciones verbales o escritas deberían acompañar su uso. Los adoradores siempre deberían ser dirigidos a Dios, como el sujeto y el objeto de la adoración. Canciones que relatan experiencias personales son aceptables solamente si aquella experiencia puede ser considerada la experiencia normal del cuerpo de creyentes (por ej. “Gracia Admirable”). Por causa de que la música tiene carácter didáctico (Colosenses 3:16), deberían preferirse las letras con un contenido preciso y profundo: verdades doctrinales objetivas antes que experiencias personales subjetivas.

El Objetivo

Las emociones tienen un lugar en la adoración, pero ellas no son su meta. Mientras mantiene un respeto apropiado hacia Dios, la adoración bíblica siempre rebosa con pasión personal y emoción que exalta a Cristo (1 Crónicas 15:29; 16:4–6).

El Estilo

La Biblia prescribe variedad en la música: salmos, himnos y cánticos espirituales (Colosenses 3:16), por lo tanto, nosotros no deberíamos elegir entre coros, himnos clásicos o canciones evangélicas, sino que podemos usar todas ellas de acuerdo con estos principios.

Salmos
Himnos
y Cánticos Espirituales

El estilo musical no es un asunto neutro. No todos los estilos musicales son apropiados para adorar a Dios. No se trata de nuestros deseos y placer, sino acerca de la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). Música que lo predispone a uno a la ligereza, la frivolidad, o la sensualidad no es apropiada para la adoración de nuestro Dios grande y santo. Deberíamos preferir música artística (en oposición a la vulgar), la cual sea trascendente.

No se trata de nuestros deseos y placer, sino acerca de la gloria de Dios

El Servicio de Adoración

Excelencia

El servicio de adoración existe como un lugar de encuentro entre pecadores salvos por gracia y el majestuoso Dios del Universo. Cuando los pecadores se acercan en humilde adoración delante de Su Creador y Salvador sus asuntos terrenales son puestos en una perspectiva eterna (Salmos 73:17). Para que esa clase de atmósfera sea posible, cada parte del servicio debe ser planeada y ensayada cuidadosamente. Porque Dios demanda y merece lo mejor que nosotros podemos ofrecerle, la improvisación no es una virtud, sino que la meta deseada es la excelencia (Números 18:32; Levítico 1:1-17; Levítico 2:1-16; Levítico  3:1-35; Levítico 4:1-19; Levítico 5:1-19; Levítico 6:1-30; Levítico 7:1-38; 1 Crónicas 21:24).

La adoración bíblica es participativa. Sin embargo, quienes ejecutan la música y la dirigen al frente de la congregación, deben ser cristianos maduros y entrenados, con talento y habilidad. De otro modo, los detalles descuidados distraerán la atención de Dios y no representarán una visión grande de Dios. El volumen de los instrumentos y de los cantantes que apoyen con micrófonos debe regularse para que las voces de la congregación puedan escucharse por sobre ellos. 

Música Especial

La “música especial” debería ser ejecutada de manera que el foco de atención nunca sea desviado de Dios y Su Gloria o que se constituya en un entretenimiento (Éxodo 20:3–6; Salmos 148:13). El mismo principio debe tenerse en cuenta al usar nuevas tecnologías como presentaciones visuales, boletines, etc. El énfasis de la Biblia es la adoración corporativa; por tanto, esta clase de música debería ser reservada para ocasiones especiales (Salmos 111:1; Efesios 5:19–20).

Los servicios de adoración no son para atraer a algún grupo particular a la iglesia (evangelismo) o para animarlos a quedarse (conservación). La enseñanza y la predicación lo harán (1 Corintios 1:21; Romanos 10:14). Conciertos especiales, fuera de los servicios regulares de adoración, pueden ser usados para ese propósito.

Ámense unos a otros

Otro principio para tener en cuenta al seleccionar las canciones o el estilo de adoración es que todas las actividades hechas en la iglesia deben promover la unidad y el amor cristiano. Además, debido a que las canciones en la iglesia son una forma de edificación (1 Corintios 14:26; Efesios 5:19–20), ellas deben ser seleccionadas de acuerdo con estos principios y también al grado de dificultad para ejecutarlas; nunca de acuerdo con preferencias personales.