Libro: Salmos

Como un niño destetado de su madre; Como un niño destetado está mi alma.

Salmos 131

Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.

Salmos 119:25-32

El día que clamé, me respondiste; Me fortaleciste con vigor en mi alma.

Salmos 138

Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy.

Salmo 39

Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, Y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

Salmo 50

Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido.

Salmos 119:89-96

Lorem ipsum dolor sit amet, consetetur sadipscing elitr, sed diam nonumy eirmod tempor invidunt ut labore et dolore magna aliquyam erat, sed diam voluptua.

Salmos 48