Lucas 6:35–36 dice que la razón para hacer misericordia es que los creyentes seamos imitadores de Dios. Sin embargo, como se ha dicho antes, siempre se debe tener el cuidado de no remover la predicación de la Palabra de todo lo que se hace, pues al hacerlo, lo que sea que se haga pierde su propósito y dimensión espiritual y eterna. Si, en nuestra simpatía por las necesidades físicas de otros, excluimos la proclamación del evangelio, no solamente removeremos lo que es la necesidad eterna de los demás, sino que, principalmente, nos separaremos a nosotros mismos de lo que nos ha dado la esperanza y la motivación para ayudar. Para ser exactos, la compasión de Dios en la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos ha impulsado a amar y mostrar compasión a otros.