La Biblia claramente ordena a todos los cristianos a cantar alabanzas a Dios: Salmos 30:4–5; 33:1–4; 34:1–3; 47:1, 6–7; 66:1–2; 81:1–3; 147:1, 7; 149:1; Isaias 12:5–6; 42; 10; 54:1; Efesios 5:19–20; Colosenses 3:16–17). Además de los imperativos, tenemos el ejemplo de los santos a lo largo de la historia: Moisés (Éxodo 15:1–2; Deuteronomio 32:3), David (Samos 5:11; 9:1–2; 13:6) y María (Lucas 1:46–47); el ejemplo del cielo y sus criaturas (Isaías 6:3; Lucas 2:14; Apocalipsis 4:8, 11; 5:13; 11:17; 15:3; 19:1–2, 6–8); y el gran ejemplo de Jesús (Mateo 26:30; Hebreos 2:11–12).
El contenido de la letra debería ser examinado a la luz de las Escrituras, y solamente la que pase esa prueba debería ser utilizada (Efesios 5:19–20). Poemas con textos bíblicos fuera de contexto no deberían cantarse (por ejemplo: “los carros de Israel,” etc.). En caso de usarse, explicaciones verbales o escritas deberían acompañar su uso. Los adoradores siempre deberían ser dirigidos a Dios, como el sujeto y el objeto de la adoración. Canciones que relatan experiencias personales son aceptables solamente si aquella experiencia puede ser considerada la experiencia normal del cuerpo de creyentes (por ej. “Gracia Admirable”). Por causa de que la música tiene carácter didáctico (Colosenses 3:16), deberían preferirse las letras con un contenido preciso y profundo: verdades doctrinales objetivas antes que experiencias personales subjetivas.
Las emociones tienen un lugar en la adoración, pero ellas no son su meta. Mientras mantiene un respeto apropiado hacia Dios, la adoración bíblica siempre rebosa con pasión personal y emoción que exalta a Cristo (1 Crónicas 15:29; 16:4–6).
La Biblia prescribe variedad en la música: salmos, himnos y cánticos espirituales (Colosenses 3:16), por lo tanto, nosotros no deberíamos elegir entre coros, himnos clásicos o canciones evangélicas, sino que podemos usar todas ellas de acuerdo con estos principios.
Salmos
Himnos
y Cánticos Espirituales
Colosenses 3:16
El estilo musical no es un asunto neutro. No todos los estilos musicales son apropiados para adorar a Dios. No se trata de nuestros deseos y placer, sino acerca de la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). Música que lo predispone a uno a la ligereza, la frivolidad, o la sensualidad no es apropiada para la adoración de nuestro Dios grande y santo. Deberíamos preferir música artística (en oposición a la vulgar), la cual sea trascendente.
No se trata de nuestros deseos y placer, sino acerca de la gloria de Dios
El servicio de adoración existe como un lugar de encuentro entre pecadores salvos por gracia y el majestuoso Dios del Universo. Cuando los pecadores se acercan en humilde adoración delante de Su Creador y Salvador sus asuntos terrenales son puestos en una perspectiva eterna (Salmos 73:17). Para que esa clase de atmósfera sea posible, cada parte del servicio debe ser planeada y ensayada cuidadosamente. Porque Dios demanda y merece lo mejor que nosotros podemos ofrecerle, la improvisación no es una virtud, sino que la meta deseada es la excelencia (Números 18:32; Levítico 1:1-17; Levítico 2:1-16; Levítico 3:1-35; Levítico 4:1-19; Levítico 5:1-19; Levítico 6:1-30; Levítico 7:1-38; 1 Crónicas 21:24).
La adoración bíblica es participativa. Sin embargo, quienes ejecutan la música y la dirigen al frente de la congregación, deben ser cristianos maduros y entrenados, con talento y habilidad. De otro modo, los detalles descuidados distraerán la atención de Dios y no representarán una visión grande de Dios. El volumen de los instrumentos y de los cantantes que apoyen con micrófonos debe regularse para que las voces de la congregación puedan escucharse por sobre ellos.
La “música especial” debería ser ejecutada de manera que el foco de atención nunca sea desviado de Dios y Su Gloria o que se constituya en un entretenimiento (Éxodo 20:3–6; Salmos 148:13). El mismo principio debe tenerse en cuenta al usar nuevas tecnologías como presentaciones visuales, boletines, etc. El énfasis de la Biblia es la adoración corporativa; por tanto, esta clase de música debería ser reservada para ocasiones especiales (Salmos 111:1; Efesios 5:19–20).
Para exaltar a Dios haciendo discípulos de Jesucristo y edificándolos con la enseñanza pura de Su Palabra.
2023 – Iglesia Bautista Misionera en Lobos