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En la Biblia dice que todos los creyentes deberíamos aconsejar, no es una opción, no es algo para algunas personas preparadas, sino para todos los creyentes. De hecho todos aconsejamos todo el tiempo. El problema es que no lo hacemos bien muchas veces, y por eso una clase como esta trata de suplir esa necesidad: capacitarnos mejor para que nuestra consejería sea bíblica. Agregamos en el contexto de la iglesia local porque no pretendemos formar profesionales de la consejería.
No creemos en la función de un consejero profesional, sino que la consejería se practique como parte del discipulado cristiano, en el contexto de una iglesia. No lo practicamos como la Biblia nos manda, en parte porque no nos sentimos capacitados. Nuestra esperanza al dar un curso así es equiparles para cumplir lo que siempre Dios les pidió que hagan, para que lo hagamos bien. El fin es edificarnos, enseñarnos y amonestarnos unos a otros en toda sabiduría, como Dios nos manda.
Tenemos que comprender lo que la Biblia enseña de nuestra condición humana. Aún después de convertidos, la lucha que tenemos con el pecado. Nuestra santificación está incompleta. La justificación si es completa, ya estamos justificados. Pero la santificación, que es el proceso en el cual vamos siendo transformados a la imagen del Señor Jesucristo, es algo imperfecto que se va perfeccionando en el temor de Dios.
Cuando vemos lo que la Biblia enseña sobre en que consiste la raíz de todos nuestros problemas tenemos que darnos cuenta que lo básico es el pecado y nuestra relación con Dios. Antes de poder ayudar a una persona a resolver su problema con la ira, sus asuntos matrimoniales u otros, nosotros tenemos que ayudar a esa persona a buscar a Dios de verdad, a estar segura que está bien con el Señor. Y eso implica tambien que está bajo su autoridad, sometida al señorío de Jesucristo, porque esa es la raiz de nuestros problemas.
De que vale que yo le enseñe a un hombre, supongamos un hombre casado que se lleva mal con su esposa, de que vale que le enseñemos cómo comunicarse mejor, cómo escuchar de manera más activa, cómo ser más empático con los sentimientos de su esposa, darle técnicas, etc. Si el problema en general de esa persona, y nuestro también, es que vive su vida centrada en sí mismo. Sólo le voy a ayudar a arreglar un asunto pero él va a seguir centrado en sí mismo. La solución real de él y de nosotros a muchos de nuestros problemas, es que de verdad Dios esté en el centro de nuestra vida. Que Jesús sea el Señor y no yo. Si yo supiera como poner a Dios en el centro de mi vida y cómo ayudar a otros a hacer lo mismo, se solucionarian solos, seria cuestión de tiempo que muchos de esos problemas se disipen.
En la Biblia se habla bastante de la Ansiedad y la Preocupación. Me gustaría ver textos claves, que hablan más particularmente de este asunto, uno de ellos es: Filipenses 4:6-9, un pasaje que empieza y termina hablando de la paz de Dios, del Dios de paz. Esto nos da la pauta que todo el pasaje habla del mismo tema. Y es uno de los textos clave porque nos presenta una solución. “Por nada estéis afanosos”: sino, en lugar de estar afanosos, nos presenta qué debemos hacer. Habla de la oración, de la manera correcta de orar, después lo que debemos pensar, y por último lo que debemos hacer.
Prédicas del pastor Mariano Merino citadas:
Parte 1: https://youtu.be/lq5pFiR5goM
Parte 2: https://youtu.be/rn5F7XbTy10
Cuando la clase pasada hablamos de la ansiedad dijimos que si no se maneja bien, puede llevar a un descuido de las responsabilidades, preocupados por lo que solo Dios puede hacer, no atendemos lo que nos corresponder hacer a nosotros y podemos empezar, sin quererlo, en un círculo vicioso que nos termine llevando a la depresión. Hay asuntos que hoy se van a mencionar que después los vamos a ver cuando hablemos de una visión bíblica de las emociones, cuando entendamos algo sobre la medicación, los psicotrópicos. También sobre las enfermedades psicosomáticas, etc.
Todos sabemos que Jesús habló más de finanzas que de cualquier otro tema, ¡asombroso! Sabemos que proverbios (que fue escrito para darnos sabiduría) habla muchisimo de cómo ganar el dinero, cómo gastarlo, cómo invertirlo, etc. Todo el tiempo se habla en la Biblia de eso, y es algo sumamente pertinente.
Dios sabe nuestra vida, sabe nuestros asuntos, que necesitamos el dinero para vivir y es imposible llegar a un punto de tal espiritualidad en que no nos interese este asunto, nada que ver. Está sumamente interconectado, al punto que Jesús dijo “no se puede servir a Dios y a las riquezas”. Es decir, que lo que compite más en nuestra lealtad a Dios es nuestra lealtad a las riquezas. Lo que compite más con nuestro amor a Dios es el amor a las riquezas. Las riquezas tienen la capacidad de seducirnos al punto de hacernos creer de que si las tuviéramos estaríamos seguros, cosa que es lo que Dios nos ofrece. Dios es el único que nos puede dar seguridad en esta vida, El que puede satisfacer nuestra ansiedad en cuanto a las preocupaciones mundanas.
Las riquezas ahogan la Palabra, los afanes de este mundo y el deseo por las riquezas. Si alguno de nosotros, por falta de sabiduría o de aplicar los principios bíblicos empieza a tener dificultades en ésta área, indudablemente va a tener consecuencias en su vida espiritual, en su lealtad a Dios, en su fervor por la Palabra o interés en la comunión con los hermanos, etc. Nuestro corazón se va a empezar a dividir y llegaremos a ser como ese hombre de doble ánimo que “es inconstante en todos sus caminos”.
Quizás el tema más lindo de todos. La mayoría de las personas que vienen a pedir Consejería lo hacen luego de haber cometido muchos errores, cuando ya están desesperados. En general uno aconseja personas que están tratando de sacarse de encima algún pecado, algo que está mal, una crisis en la vida. Y de todos los motivos más comunes de buscar Consejería, éste es el más positivo de todos. Una persona que viene a pedirte ayuda, o consejo para tomar una buena decisión ante algunas opciones que tiene. Mayormente este tema de las decisiones tiene que ver con el tema de pareja, sobre trabajo, carreras para estudiar, lugares donde mudarse, oportunidades que se presentan. Alguna compra importante, por deudas, a veces padres con hijos rebeldes, etc.
En general en las iglesias hay ciertas decisiones que los hermanos no piden consejo, a veces toman decisiones, se equivocan y después sí vienen a pedir consejo para repararla.
Es muy importante entender cómo se toman decisiones bíblicamente porque lamentablemente hay muchas alternativas no bíblicas dando vueltas por ahí, especialmente visión un tanto mística ante las decisiones.
Lo cierto es que grandes, pequeñas, trascendentales o sin transcendencia, todos tomamos decisiones todos los días, todo el tiempo: qué hacer la próxima hora, si ir a un lugar, si no ir, si ir a cenar si no ir, etc. etc. Algunas son muy pequeñas, cotidianas, pero cuando nos enfrentamos a decisiones grandes nos invade el temor, el miedo a equivocarnos, ahí si buscamos consejo, o lamentablemente optamos por no decidir nada, por postergar y postergar por miedo a equivocarnos.
Un tema más común de lo podemos pensar. Pero parece natural y es habitual, todos nos enojamos de una manera o de otra. Tal vez no solemos pensar cuántos problemas trae, cuanto daño hace y cuán insidioso es este pecado en nuestra vida y aún lo difícil de desarraigar.
Los pastores que alguna vez hemos intentado ayudar a algún hermano de nuestra iglesia a sacarse la ira de encima, sabemos que es muy pecado muy difícil de cambiar. Las personas que tienen el hábito de airarse es como que se les queda pegado, y por su puesto eso trae muchos problemas, demasiados. Creo que todos sabemos (porque lo vemos en los diarios), personas que matan a sus parejas, a sus hijos, personas que se suicidan junto con sus hijos, una cosa tremenda. La ira es algo tremendo.
Cuando comienza la Biblia el primer pecado que vemos es de Eva, luego Adán, pero en seguida vemos a Caín matando a su hermano, lo cual es realmente impresionante. Con razón Jay Adams concluye que “la ira pecaminosa probablemente esté involucrada en el 90% de todos los problemas de Consejería” (Manual del Consejero Cristiano).
Elegimos poner la foto de unos lentes porque algo que hace el orgullo es quitarnos la capacidad de ver con claridad.
En algunas diapositivas el motivo son nubes, porque una de las figuras que se usan en la Biblia para hablar del orgullo es una persona que se cree que está tan alto que las nubes no le dejan ver con claridad.
Es una realidad que todos tenemos un problema con el orgullo, y lo vamos a tener siempre, en mayor o menor medida. La humildad pura y verdadera, si la tenemos, es por momentos, pero es escurridiza. Algunos de nosotros exteriormente podemos parecer más humildes que otros, pero como vamos a ver: el orgullo tiene mil caras, es un camaleón. En algún aspecto puede ser que nos mostremos humildes, pero en otros aspectos el orgullo no es tan visible para los demás.
Lamentablemente podemos estar tan sumidos en el orgullo, lo que nos traerá siempre, de alguna manera u otra, algún tipo de consecuencia.
Sin duda, la raíz de todas las virtudes es la humildad, y la raíz de todos los vicios es el orgullo. Decíamos en la clase anterior que la humildad es la virtud que nos hacer ser más lo que Dios quiere que seamos. Si pensamos en Jesucristo, en el impacto que su vida ha hecho en la sociedad, tiene que ver con la humildad. Si investigamos qué pensaba Aristóteles, u otros filósofos griegos, de la humildad notaremos que la veían como algo despreciable, casi como la cultura de hoy la ve. En los deportes, por ejemplo, dicen que hay que tener “amor propio” o “autoestima” si no te pasan por encima. Y en general nuestra cultura pareciera que cada vez desprecia esta virtud un poco más.
Es muy maravilloso pensar en el impacto que la venida de Cristo trajo al mundo. A partir del cristianismo la humildad comenzó a ser la virtud más preciada de todas, porque esa es la que nos hace justamente más como Dios es, como nos dice Filipenses, por ejemplo. O cuando Jesús, la única vez que habla de sí mismo dijo “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”.
Es algo que siempre deberíamos estar repasando, procurar alcanzar y mantener con la ayuda del Señor, sabiendo que, por causa de la invasión del pecado en la naturaleza humana, es una rareza, no es lo natural para nosotros ser humiles y mantenernos humildes.
Audio de la clase
Para no quedarnos solo con una descripción de lo que es nuestro orgullo, lo cual es necesario, queremos tratar de entender como pasar del orgullo a la humildad. En nuestro tercer estudio vamos a hablar específicamente sobre la humildad, tratar de entender el concepto bíblico de la humildad y considerar algunas de sus características.
Empezamos la clase anterior a ver que es la humildad. A diferencia del orgullo, donde mostramos muchos ejemplos bíblicos, con el tema de la humildad nos enfocamos más en la persona de nuestro Señor Jesucristo. Es inmenso el impacto que ha causado en la cultura occidental y cristiana saber que Dios valora tanto la humildad. Ya hemos visto doce características de la humildad, en esta clase vamos a ver doce más, algunas frases y después el gran tema: Cómo pasar del Orgullo a la Humildad. De qué manera práctica podemos combatir el orgullo y trabajar buscando la humildad según la Biblia nos enseña.
El material de donde estoy sacando la información para este estudio, escrito por un médico cristiano, a mi me impactó mucho. Son cosas que estaban fuera de mis pensamientos, que nunca me había puesto a analizar. Me parece que vale la pena tomarnos un tiempo y pensar como nosotros los cristianos nos relacionamos con todo lo que tiene que ver con la buena salud y también con el dolor y la enfermedad. Sospecho que tenemos una visión bastante similar a las personas que no conocen al Señor en cuanto a este tema.
Veremos de forma inductiva muchos pasajes bíblicos, categorías dentro de los textos, para lograr que de alguna manera nos impresionen, nos abrumen, para después al final hacer una conclusión de esto. Queremos que el testimonio tan variado, tan reiterativo de la Biblia en cuanto al tema de la salud nos interpele, nos confronte. Nos interesa saber cuál es la clave para que nosotros estemos sanos o tengamos bienestar. Cuál es el énfasis en la Biblia.
Quizás alguno de los que están acá escuchando, ya están atravesando alguna enfermedad, algún tipo de dificultad. Algunos ya han aprendido a convivir con eso, otros todavía no.
Todos sabemos lo que es la enfermedad, algunos hemos estado enfermos, algunos vamos a estar enfermos y algunos vamos a estar muy enfermos. Algunos vamos a tener a lo mejor algún tipo de enfermedad que nos obligue a cambiar nuestra rutina de vida. Ninguno de nosotros lo sabemos.
De hecho, cuando yo digo esto en este instante, no sabemos qué va a ser de nosotros la semana que viene. Todos vivimos con esa incertidumbre todo el tiempo y por eso también es muy, muy importante tener conceptos sólidos para cuando venga, si es que nos viene (Dios solo sabe) en un momento donde no lo esperábamos, estar más firmes. Estar más preparados, y de alguna manera anticipar cuál va a ser nuestra respuesta a las cosas que Dios decida enviarnos a nuestra vida.
En las próximas tres clases voy a hablar todo el tiempo de enfermedades, en algún punto yo no tengo autoridad para hacerlo, no soy doctor, no estudié medicina. Pero en un sentido nos vamos a salir de la parte médica y nos vamos a meter en lo que yo creo que es una usurpación de la función de los pastores, como decían los puritanos “la cura de almas”.
El mundo secular ha avanzado tanto sobre el cristianismo que hoy en día parece que los pastores no podemos hablar de enfermedades, como que no nos atañe, no tenemos autoridad. Cuando en realidad si usted pudiera investigar un poco la historia vería que es exactamente al revés. Fueron personas seculares que invadieron el rol de los pastores, que le han quitado eso a los pastores, y para mal. Porque es para peor. Hoy hay más gente con problemas emocionales, psicológicos, psiquiátricos que nunca en la historia.
Vamos a continuar hablando de enfermedades. La semana pasada las nombramos como “funcionales”. Podemos hablar de la angustia, el dolor emocional, etc. Muchos de nosotros conocemos personas, o usted mismo, que han recurrido a doctores que les recetaron medicinas psicotrópicas para ayudarles con dolor emocional. Esta clase se llama “Entendiendo nuestras emociones” porque realmente no nos entendemos muy bien. Este es el aspecto relacionado con lo que la Biblia dice que nuestro corazón es engañoso y perverso…, ¿quién lo conocerá? Seguramente el aspecto más confuso para nosotros mismos, de nuestro corazón, es el aspecto de las emociones. No entendemos lo que nos pasa y nos preguntamos ¿por qué me está pasando esto?
En esta clase continuaremos viendo sobre la medicación y el dolor emocional. Si bien las emociones no son un problema en sí mismas, ya que sería un problema que no funcionaran (pero sí funcionan gracias a Dios) nos duele a veces, porque Dios las puso con ese propósito, para que nos duela y hagamos algo al respecto. Las emociones son como un motivador.
Hace unos años atrás, el director de un ministerio de Consejería Bíblica (CCEF) llamado David Powlison escribió en una revista teológica un articulo de tres páginas pidiendo por favor a todos los teólogos, estudiosos de la Biblia y consejeros cristianos que investiguen más teológicamente las emociones porque había demasiado poco escrito sobre eso, y sería muy importante estudiar más sobre las emociones humanas desde el punto de vista bíblico teológico.
Y sí es un tema muy importante el asunto de las emociones y está relacionado con todas las áreas de nuestra vida. Quizás porque no hay tanta claridad bíblica sobre las emociones es que la alternativa médica secular ha invadido tanto la vida de las personas, incluso dentro de las iglesias.
PASTOR, ANCIANO
Sirve en la Iglesia Bautista Misionera en Lobos desde el 19 de mayo de 1990. Primero como pastor asistente del pastor-fundador, Daniel Gelatt, y a partir de 1991, como pastor principal.
Casado con Mónica desde 1988. Tienen tres hijos: Joel (1990), Carolina (1993) y Juan Pablo (2000).
En 2006, viajó con su familia a Los Ángeles, para estudiar en The Masters’ Seminary. Allí obtuvo un Máster en Divinidad y otro en Teología.
Durante seis años, sirvió bajo el liderazgo del Pastor Henry Tolopilo en el Ministerio español de Grace Community Church, enseñando en el ministerio de matrimonios y la escuela dominical.
Desde su regreso en 2013 dirige el Instituto de Expositores en Argentina (IDEAR), Centro de Capacitación Pastoral que se enfocara en enseñar exégesis bíblica y predicación expositiva.
Para exaltar a Dios haciendo discípulos de Jesucristo y edificándolos con la enseñanza pura de Su Palabra.
2023 – Iglesia Bautista Misionera en Lobos